* En sólo tres años se convirtió en el homicida serial más buscado en México.
Por Álex Cazarín
Nacida el 27 de diciembre de 1958, en el municipio de Epazoyucan, en el estado de Hidalgo en México, Juana Barraza Samperio fue hija de la pareja conformada por Trinidad Barraza Ávila y Justa Samperio, mujer con alto coeficiente intelectual, enfermera de profesión, dedicó parte de su tiempo libre a la lucha libre bajo el pseudónimo de "La Dama del Silencio", cuyo alter ego sería la perfecta descripción de su vida criminal.
Juana Barraza es uno de los casos más interesantes de la historia criminal de México, ya que durante sus años en el mundo del homicidio por placer, mantuvo sus crímenes bajo una estela de apariencia que la protegió de las autoridades hasta el día de su captura, tras una larga carrera de muerte.
Su modus operandi era básico pero con mucha crueldad, pues gustaba de golpear a sus víctimas a puño limpio o bien, provocarles heridas punzocortantes e incluso procedía a estrangularlas hasta la muerte, para luego robarles sus pertenencias y salir de la escena del crimen sin el más mínimo remordimiento.
En el argot policial se le conoció como "La Mataviejitas", pues las autoridades lograron identificar un patrón entre los recientes asesinatos a finales del 2005, donde ya corría la versión de una asesina serial en la capital del país; incluso se señalaba al gremio de prostitutas y travestis de la Ciudad de México.
En ese tiempo, el entonces Procurador de Justicia, Bernardo Batiz, indicó que "el asesino era bastante listo", pues se creía de un hombre por la saña con la que asfixiaba a las mujeres de la tercera edad, a quienes destrozaba la garganta con su fuerza. La policía no sabía que "La Mataviejitaas" se presentaba ante sus víctimas como una trabajadora social y ofrecía programas de beneficencia, con lo que 'enganchaba' a las damas, en su necesidad por obtener un apoyo monetario por parte del Gobierno.
Las versiones eran muchas y los indicios tan diversos que en un momento se llegó a pensar que se trataba de dos sujetos que actuaban en complicidad, hasta se pensó que los homicidios guardaban especial relación al tener cinco de las féminas asesinadas una copia de la pintura del siglo XVIII, "El Niño del Chaleco Rojo", del artista francés Paul Cézanne.
Mujeres indefensas y con mucha necesidad, sus víctimas
Todas sus víctimas fueron mujeres de entre 64 y 79 años edad, en todos los casos la víctima vivía sola, en casa particular o departamento, todas fueron estranguladas. La homicida serial utilizó piolas, cordones de cortina, mascadas, e incluso la propia ropa interior de la víctima.
La mayoría de las víctimas vivían en las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Iztapalapa, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero. Su primer contacto con el homicida se registró en parques públicos o en la periferia de unidades habitacionales.
Ficha dactiloscópica de Barraza. Las huellas digitales recogidas por los investigadores en los distintos escenarios permitieron vincular a Barraza con los asesinatos de «La Mataviejitas».
En uno de los casos, uno de los testigos logró observar a una persona "bastante alta de blusa roja", quien salía a toda prisa de una de las casas donde cometió su fechoría, lo que representó un avance importante para la policía, quienes comenzaron a atar cabos. Sin embargo, no fue sino hasta el 25 de enero del 2006 que se logró el arresto de una persona sospechosa que corría cerca de una de las casas recientemente visitadas por el asesino serial.
Éste caso se trató del asesinato de Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, vecina de la colonia Moctezuma 1ra seccion, en el número 21 de la calle José J. Jasso, en la Delegación Venustiano Carranza de la Ciudad de México, quien fue brutalmente estrangulada con un estetoscopio además de presentar varias puñaladas hechas con un cuchillo tipo "Ranger" como el usado por los militares.
La sorpresa fue mayúscula en las oficinas de la policía, cuando se presentó a una mujer de 48 años de edad, ya que se creía que el asesino sería un hombre robusto, sin embargo, el modelo descrito por testigos e indicios señalaban a una persona de cabello tupido, color rubio, rostro de facciones toscas, además de que se le encontró formas de solicitud de pensión para adultos mayores y una tarjeta que la identificaba como "trabajadora social"... todo comenzó a cuadrar.
Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, informó en su conferencia de prensa matutina que una denuncia oportuna de un vecino de la colonia Moctezuma fue la clave para poder capturar a la también conocida como "La Mataviejitas".
"Se empiezan a acreditar todos lo datos que se habían venido integrando en un esfuerzo conjunto muy importante del Gobierno de la ciudad, está acreditado ya por lo menos la responsabilidad sobre 10 de los homicidios, habrá que continuar con las líneas de investigación que tenemos para esclarecer todos", explicó Encinas Rodríguez.
El titular del Gobierno capitalino dijo que luego de la captura de Barraza Samperio, la prueba más contundente de su participación en al menos 10 homicidios, es la identidad entre las huellas dactilares.
El momento crucial fue cuando las autoridades lograron obtener la declaración y confesión de la mujer, quien admitió que asesinó a la ancianita Ana María y a otras mujeres más, pero negó algunos asesinatos que "no llevaban su firma". Dijo a la prensa (cuando se podía entrevistar a los detenidos) que visitó a la occisa en busca de trabajo: "Ustedes sabrán por qué lo hice, cuando lo lean en mi declaración con la ministerial", dijo quitada de la pena ante las cámaras.
Hay que mencionar que, la doctora Feggy Ostrosky Solís, directora del Laboratorio de neuropsicología y psicofisiología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la visitó en varias ocasiones y le practicó algunos estudios en los que conoció a profundidad la conducta criminal de Barraza Samperio, así como aspectos de su vida que la orillaron a tomar malas decisiones.
Indicó que la hoy detenida sufrió una violación durante su infancia, su madre fue alcohólica crónica y en una reunión con sus amigos, accedió a que tres hombres abusara de ella a cambio de algunas cervezas.
Además, su hijo José Enrique Lugo Barraza, murió asesinado por una pandilla a los 24 años de edad, por lo que todo esto se acumuló en la psique de la "Mataviejitas" y la llevó a descargar su ira de manera destructiva. Incluso en 2006 el escritor Víctor Ronquillo, publicó el libro "Ruda de Corazón: El Blues de la Mataviejitas", donde narra los asesinatos de esta mujer mediante una biografía a detalle de la mujer.
En 1996 se pudo haber acabado los ríos de sangre
En 1996 el entonces policía judicial del Estado de México, Moisés Flores Domínguez, detuvo a la presunta asesina de adultos mayores, pero la dejó escapar, luego de extorsionarla.
"Por la cantidad de 12 mil pesos a la señora Juana Barraza, en 1996, cuando ésta se dedicaba al robo a casa habitación", señaló Alfonso Navarrete Prida, procurador del Estado de México.
En ese año, 1996, el policía judicial Flores Domínguez mantenía una relación sentimental con Araceli Tapia Martínez, quien le propuso extorsionar a su amiga y comadre.
"Yo de lo único que supe es que había cometido un robo en el Distrito Federal, nunca se me precisó en qué lugar ni bajo qué circunstancias, solamente que había cometido un robo", apuntó Moisés Flores, comandante de aprehensiones de la PGJEM.
Un año después, en 1997, Juana Barraza Samperio fue nuevamente detenida, pero ahora por agentes judiciales de la Ciudad de México.
"Yo conocía a un policía judicial del Distrito Federal, le comenté de la señora que había robado, que la investigara. Ellos la interceptaron y mientras la llevaban al Distrito Federal la señora los acusó de que la estaban tratando de extorsionar y fueron puestos a disposición de un Ministerio Público y consignados ante un juez penal", señaló el comandante.
Otra vez libre, Juana Barraza Samperio siguió delinquiendo.
El procurador capitalino, Bernardo Bátiz, por su parte, descartó que policías del Distrito federal hayan detenido y extorsionado hace seis años a la homicida serial de personas de la tercera edad, Juana Barraza Samperio.
El procurador capitalino, Bernardo Bátiz, descartó que policías del Distrito federal hayan detenido y extorsionado hace seis años a la homicida serial de personas de la tercera edad, Juana Barraza Samperio.
Desacreditó el testimonio de un agente ministerial del Estado de México, quien confesó que también extorsionó a la llamada "Mataviejitas".
"Él señala, sin dar mayores datos, sin precisar nada, que también fue Juana Barraza extorsionada por policías del Distrito Federal, sin embargo, sobre eso no hay ninguna evidencia, ni ningún dato más que el dicho de ese policía, no hay ninguna constancia de que haya sido detenida", aseguró el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Las víctimas de Juana Barraza Samperio:
Última actualización: 11 de agosto de 2015
1. María de la Luz González Anaya, de 64 años. Fue asesinada el 25 de noviembre de 2002.
2. Guillermina León Oropeza, de 84 años. 2 de marzo de 2003.
3. María Guadalupe Aguilar Cortina, de 86 años. 25 de julio de 2003.
4. María Guadalupe de la Vega Morales, de 87 años. 9 de octubre de 2003.
5. María del Carmen Muñoz Cote de Galván, de 78 años. 24 de octubre de 2003.
6. Gloria Enedina Rizo Ramírez, de 81 años. 28 de octubre de 2003.
7. Lucrecia Elsa Calvo Marroquín, de 85 años. 4 de noviembre de 2003.
8. Natalia Torres Castro, de 85 años. 19 de noviembre de 2003.
9. Alicia Cota Ducoin, de 76 años. 28 de noviembre de 2003.
10. Alicia González Castillo, de 75 años. 20 de febrero de 2004.
11. Ana María Tecante Carreto, de 74 años. 25 de febrero de 2004.
12. Carmen Cardona Rodea, de 76 años. 20 de marzo de 2004.
13. Socorro Enedina Martínez Pajares, de 82 años. 26 de marzo de 2004.
14. Guadalupe González Sánchez, de 74 años. 24 de mayo de 2004.
15. Esthela Cantoral Trejo, de 85 años. 25 de junio de 2004.
16. Delfina González Castillo, de 92 años. 1 de julio de 2004.
17. María Virginia Xelhuatzi Tizapán, de 84 años. 3 de julio de 2004.
18. María de los Ángeles Cortés Reynoso, de 84 años. 19 de julio de 2004.
19. Margarita Martell Vázquez, de 72 años. 31 de agosto de 2004.
20. Simona Bedolla Ayala, de 79 años. 29 de septiembre de 2004.
21. María Dolores Martínez Benavides, de 70 años. 24 de octubre de 2004.
22. Margarita Arredondo Rodríguez, de 83 años. 9 de noviembre de 2004.
23. María Imelda Estrada Pérez, de 76 años. 17 de noviembre de 2004.
24. Julia Vera Duplán, de 60 años. 11 de enero de 2005.
25. María Elisa Pérez Moreno, de 76 años. 13 de abril de 2005.
26. Ana María Velázquez Díaz, de 62 años. 20 de abril de 2005.
27. Celia Villaliz Morales, de 78 años. 17 de junio de 2005.
28. María Guadalupe Núñez Almanza, de 78 años. 29 de junio de 2005.
29. Emma Armenta Aguayo, de 80 años. 20 de julio de 2005.
30. Emma Reyes Peña, de 72 años. 9 de agosto de 2005.
31. Dolores Concepción Silva Calva, de 91 años. 15 de agosto de 2005.
32. María del Carmen Camila González Miguel, de 82 años. 28 de septiembre de 2005.
33. Guadalupe Oliver Contreras, de 85 años. 28 de septiembre de 2005.
34. María de los Ángeles Repper Hernández, de 92 años. 18 de octubre de 2005.
35. Ana María de los Reyes Alfaro, de 84 años. 25 de enero de 2006.
Juana Barraza Samperio fue condenada a 759 años de prisión el 31 de marzo de 2008. Actualmente se encuentra cumpliendo condena en el Centro Femenil de Reinserción de Santa Martha Acatitla, en México.
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