En el mundo de lo oculto, la santería es un tema que muy
pocas personas se atreven a tocar a menos que sepan en lo que se están metiendo
por el halo que misterio que le envuelve y el hecho de que estos temas son de
tocarse con bastante respeto.
En esta ocasión, en los relatos de La Fogata, te presentamos
una breve reseña de la Santería y las reglas del Osha-Ifa, que es un conjunto
de sistemas religiosos que muchas veces fusionan creencias católicas con la
cultura tradicional Yoruba, proveniente de África, concretamente de Nigeria,
donde la tradición es más que una simple creencia para los pueblos.
Sin embargo, la santería llegó a éste lado del mundo al ser
practicada por los esclavos negros y sus descendientes en Cuba, Puerto Rico,
Colombia, República Dominicana, Venezuela, Brasil, Panamá, México y lugares con
gran población hispana en Estados Unidos de América (Florida, Nueva York, San
Francisco, Nueva Orleans, Los Ángeles, Miami y San Diego).
Actualmente la religión cuenta con presencia también en
España, especialmente en Canarias por su estrecha relación con Cuba, México,
Países Bajos, Alemania, Inglaterra, Francia, y otros países en los cuales hay
un número considerable de inmigrantes cubanos. En Venezuela, en la región de
Caracas es donde se concentra la mayor cantidad de santeros y babalawos en el
país pero también se encuentran en Cumaná, Coro y Maracay.
De acuerdo a “El Gran Libro de la Santería” de Alejandro
Eddy Delgado Torres: “La Santería es la decana, heredera y seguidora de la
cultura yoruba, ha enriquecido todos los preceptos de las doctrinas yorubas, es
legado de la diáspora de los esclavos que llegaron desde Nigeria y por lo tanto
del pueblo de Ife, a tierra cubana”.
El término "santería" fue utilizado por los
españoles de manera despectiva como una manera de burlarse de la devoción extrema
que mostraban los esclavos y practicantes de la fe, en detrimento del Dios
judeocristiano Yahveh.
Sin embargo, pese a estar prohibida, los esclavos
encontraron una forma de burlar esta prohibición, y concluyeron que los santos
cristianos no eran más que manifestaciones de sus propios dioses, por lo que
terminaron por incluirlos en el tema de culto que más tarde se fusionó por
completo como una parte importante de ésta doctrina..
Por su parte, los amos pensaron que sus esclavos se habían
convertido en buenos cristianos y estaban rezando a los santos, cuando en
realidad estaban siguiendo sus creencias tradicionales.
En algunos países, el término santería sigue siendo
despectivo. Los practicantes prefieren utilizar otros nombres, como lukumi
(debido a su saludo oluku mi: ‘amigo mío’) o Regla de Ocha.
En algunas ocasiones los practicantes de la santería
prefieren ser conocidos por las sociedades secretas a las que pertenecen, por
ejemplo: Abakwá (en Cuba) y Amigos de San Lázaro (en Puerto Rico).
Para hacer un poco de historia, la santería llegó al
continente americano en la época de la colonia cuando, como ya se informó al
principio, se hizo una fusión de las tradiciones africanas y católicas, de esta
forma los podían seguir adorando sin que se dieran cuenta sus dueños. La
santería aparece ya definida en las creencias occidentales de Cuba en el siglo
XIX.
Los Yorubas vivían en lo que se conoce hoy como Nigeria, a
lo largo del Río Niger. En un tiempo tuvieron una poderosa y compleja
estructura organizada en una serie de reinos, de los cuales el más importante
era Benín. Este duró 12 siglos, hasta el 1896.
Este pueblo constituye aproximadamente el 30% de la
población total de Nigeria, y llegan desde los 28 hasta los 40 millones de
individuos en toda la región (22 millones hablan su idioma). Aunque la mayoría
de los yoruba vive en el suroeste de Nigeria, hay también significativas
comunidades yoruba (o de origen yoruba) en la repúblicas de Benín y Togo, así
como una diáspora yoruba en Sierra Leona, Brasil, Colombia, Cuba, Puerto Rico,
Carolina del Norte, República Dominicana, Trinidad, México, Venezuela y Panamá
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los Yoruba
sostuvieron una serie de guerras con sus vecinos y entre sí. Estas peleas
internas y los ataques externos llevaron a la caída y esclavización del pueblo
Yoruba. Entre 1820 y 1840, la mayoría de los esclavos enviados desde Benín eran
Yorubas. Estos esclavos fueron llevados a Cuba y al Brasil a trabajar en las
plantaciones de azúcar. Los Yoruba pronto fueron llamados los
"Lucumi", debido a su saludo "oluku mi", "mi
amigo".
La Iglesia trató de evangelizar a los negros lucumí pero las
condiciones eran muy difíciles. Además de la escasez de sacerdotes, la
injusticia de la esclavitud dificultaba que los lucumí aceptaran lo que se les
imponía. Más allá de los motivos detrás de la iniciativa evangelizadora, los
hombres que promulgaban la fe cristiana entre los esclavos, pertenecían a la
misma raza y en muchas ocasiones a los mismos círculos sociales que los esclavistas.
El resultado fue que muchos aceptaron exteriormente las enseñanzas católicas
mientras interiormente mantenían su antigua religión.
En sus esfuerzos de esconder su religión africana y sus
prácticas mágicas, los lucumís (santeros) identificaron sus deidades africanas
(orishas) con los santos del catolicismo, dando como resultado un sincretismo
religioso conocido hoy como la Santería.
La Santería adora una fuerza central y creativa llamada
Olodumare. De él procede todo lo que existe, y todo regresa a él. Olodumare se
expresa a sí mismo en el mundo creado a través de Ashe. Ashe es la sangre de la
vida cósmica, el poder de Olodumare hacia la vida, la fuerza y la justicia. Es
una corriente divina que encuentra muchos canales de mayor o menor
receptividad. Ashe es la base absoluta de la realidad.
Creen que la vida de cada persona viene ya determinada antes
del nacimiento en Ile-Olofi, la casa de Dios en el cielo. Aquellos que no lo
cumplen serán castigados por los orishas y deben reencarnarse hasta satisfacer
el castigo.
Sus creencias
Dentro de la creencia que mantienen hasta el día de hoy, los
santeros creen en una “fuerza universal” que es autor de todo lo que existe en
el universo al cual conocen como Olodumare y la energía que proviene de él
denominada Ashé. Independientemente del ser creador, los Orishas también
coexisten en el mundo y gobiernan muchos de los aspectos de la existencia, por
lo que velan para que cada mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su
nacimiento.
Los Orishas vendrían a ser los santos que también son
reconocidos en la religión católica:
*Babalu Ayé, de origen Dahomey donde se le conoce como
Azowjano, deidad de las enfermedades venéreas y de la piel, de la lepra y de la
viruela, de las plagas, hace referencia a San Lázaro.
*Eleguá, dueño de todos los caminos, abre y cierra las
puertas; se hace referencia al Santo Niño de Atocha.
*Obatalá, la Virgen de las Mercedes; dueño de todas las
cabezas del mundo.
*Shangó, deidad del trueno, es Santa Bárbara, que en las
creencias católicas es representada con vestimentas rojas y espada. Señor dueño
de la Justicia y la buena fortuna.
*Ogún, que maneja el hierro, dios de la guerra y las armas,
protector de la religión. Se asocia con San Pedro, San Pablo, San Juan
Bautista, San Miguel Arcángel y San Rafael Arcángel en la santería cubana; en
el candomblé de Brasil con San Antonio de Padua y San Jorge (Río de Janeiro);
en el vudú haitiano, con Santiago el Mayor.
*Agayú encuentra su correlato en San Cristóbal.
*Inle, el médico, es San Rafael, el arcángel que cura y
sana.
*La Virgen de Regla es Yemayá, diosa de la maternidad y del
mar. Es la señora de la providencia y la fraternidad.
*Oshún, diosa de los ríos, es la Virgen de la Caridad del
Cobre, ella es la dueña del amor, la sexualidad y el oro; creadora del dinero,
la belleza, la coquetería. La más bella de las orishás, dueña de la miel, y
patrona de Cuba.
*Oyá, diosa del cementerio, dueña de los vientos. Se
sincretiza con la Virgen de La Candelaria, que en España es la patrona de
Tenerife.
Sus sacerdotes
Como en las religiones conocidas alrededor del mundo, la
santería también tiene a sus propios sacerdotes como los máximos sacerdotes o Regla
de Osha-Ifá que son los babalawos babalaos, sacerdotes de Ifá y su profeta
Orunmila. Luego se encontrarían los babalorishas e iyalorishas, que son
santeros con ahijados consagrados. En una entrega aparte, publicaremos sobre
las reglas que rigen a éstos.
También se encuentran los Iyalorishas y Babalorishas, que
son los santeros que no tienen ahijados. Los Iyawos, santeros en su primer año
de consagrados, y por último los Aleyos, que son creyentes pero que aún no han
sido consagrados. Todos ellos son santeros, iniciados mediante ritos
específicos, el primero de los cuales es un ritual de purificación y la entrega
de cinco collares, representando a Shangó, Obbatalá, Yemayá, Oshún y Elegguá o
recibiendo a los orishás guerreros, que son Elegguá, Oggún, Oshosi y Ozun, que
son santos consagrados en otanes [piedras].
Los pilares fundamentales de la religión se basan en el
culto a los ancestros muertos (egúns) y en el conocimiento de que existe un
Dios único (Oloddumare) y se relaciona con los seres humanos a través de
extensiones del mismo, que también son divinidades, a las cuales los yorubas
denominaron orishás. Por estas características se considera que es una religión
politeísta.
El ebbó o sacrificio para lograr resolver problemas de
índole económica, problemas de salud o de estabilidad espiritual está presente
en la religión. Y en la adivinación a través de los tres oráculos que componen
la religión, el oráculo de ifá (utilizado por los babalawos), el oráculo del
diloggún (caracoles) utilizado por los santeros y el oráculo del biagué (coco),
utilizado indistintamente por ambos. El sacrificio pueden ser plantas,
semillas, metales, animales u otros productos provenientes de la naturaleza.
Sacrificios
Éste es un tema bastante controvertido por el simple hecho
de ser sangre y una vida de lo que hablamos, por un lado, el sacrificio animal
siempre ha sido mal visto en cualquier cultura de unos siglos para acá por la
sociedad, sin embargo, en la religión dominante que es la católica, en el
Antiguo Testamento específicamente en Levíticos, desde el versículo 1 hasta el
7, Yavé llamó a Moisés y le ordenó que le sirviera de mensajero ante los hijos
de Israel instruyéndoles detalladamente el método para llevar a cabo los
sacrificios propiciatorios en su nombre.
En la santería, el sacrificio de animales está determinado
por el rito de la adivinación, lo cual evidencia la existencia de una
característica fundamental entre muchas religiones endógenas de África, a
saber, la ausencia de una revelación divina y, por el contrario, la
persistencia de conocimientos ancestrales que han sido transmitidos a los
hombres y mujeres desde los primeros tiempos, aquellos, según los yoruba, en
los que la humanidad y los orishá convivían en este planeta. En este sentido,
jamás algún animal se sacrifica caprichosamente.
Cada sacrificio responde a la solicitud, a través de los
métodos de adivinación, de algún orishá o ancestro que requiere de uno o varios
animales para poder resolver la situación que la persona consultada quiera
solucionar.
Generalmente los orishás y ancestros solicitan que les sea
ofrecido uno o varios animales especificando el tipo y el género) en el caso de
que la vida o el bienestar de la persona consultada estén en juego. En este
sentido, el sacrificio no es un instrumento mediante el cual se pretenda
redimir pecado alguno ya que en la santería no existe tal concepto.
En la santería ni el hombre ni la mujer son concebidos como
depositarios a priori de una o más culpas. El sacrificio, según la cosmovisión
santera, es la vía mediante la cual puede ser restaurado un proceso o un ritmo
que haya sido interrumpido. Los santeros aluden a que cada quien nace con un
ritmo específico, un ritmo espiritual en la vida, que no debe ser interrumpido
ya que si es así, entonces la persona no podrá realizarse plenamente.
Sin embargo, cuando este ritmo ha sido trastocado, por las
razones que hayan sido, entonces se requiere del sacrificio de un animal para
restaurarlo. La sangre del animal, ofrecida a algún orishá o ancestro, es capaz
de restaurar dicho ritmo porque ella está ligada directamente a un ritmo en el
cuerpo del animal.
Los santeros realizan las ceremonias en sus propias casas
porque la santería carece de templos en algunos casos. Se reúnen en casa o
ilés, que al mismo tiempo componen ramas de acuerdo a los primeros fundadores.
El santero forma parte de la vida cotidiana del creyente, se convierte en su
intermediario con lo sobrenatural, su consejero y su adivino.
El grado más alto en la santería es el del oluwo o babalawo,
que es un babalawo que se coronó santo, el babalawo que no tiene santo coronado
sino solo santo lavado, y ellos reciben poderes fuertes como osain para
trabajar la brujería ya que por el lado de prenda no lo pueden trabajar ya que
el ser babalawo les limita a trabajar con muertos que es lo que se trabaja en
la prenda.
Los santeros u omorishas son los que trabajan con la
divinidad afrocubana a través de consultas con caracol o consulta espiritual,
en sesiones espirituales según el desarrollo de cada persona.
El oriaté es la persona que dirige las ceremonias de la
divinidad (orisha, santo) para que esta se haga de manera correcta y en ella
solo trabajan santeros que estén consagrados; al nuevo iniciado y recién
consagrado se le llama iyawo el cual ya ha pasado por rituales secretos.
Los aleyos son aquellas personas que tienen ciertos
conocimientos, son creyentes, están interesados en las ceremonias así que
tengan algunos secretos, los rituales no se deben exponer ante las personas no
consagradas.
Pertenecer a la Santería
Esta religión para poder ser estudiada y practicada se debe
pasar por una serie de rituales que llevan un orden en especifico que debe
respetarse y debe ser ejecutado solo por quiénes ya pasaron por dichos
rituales.
Uno de los más importantes es el Kari Osha o Hacerse santo.
Se dice que cuando una persona ya tiene santo hecho es cuando realmente puede
practicar la santería y darle continuidad iniciando a más personas, esto
siempre y cuando no le sea prohibido por su ángel de la guarda.
Hacerse santo, es asentarse su ángel de la guarda en su
cabeza, es tener a tu Orisha tutelar contigo las 24 horas del día y es una
responsabilidad que debe asumirse con total compromiso.
Para hacerse santo debe haberse determinado su Orisha
tutelar o ángel de la guarda con anterioridad puesto que las ceremonias varían
un poco con respecto al Orisha que se va a coronar
Se debe escoger padrino (babalosha) o madrina (iyalosha), ya
que simbólicamente se nace de ellos y son quienes junto a la oyugbona guían el
camino religioso del iniciado.
La ceremonia del kari osha tiene una duración de 7 días en
los cuales se renace, se reciben los orishas, se obtiene itá de santo y nombre
de santo (nombre que identifica al santero dentro de la religión). Esa
ceremonia la dirige el Obá Ení Oriaté que es un santero de amplios conocimiento
y experiencia que lo hizo merecedor de esos títulos, aparte de los padrinos
también participan varios santeros a los cuales se les asignan distintas tareas
que permiten el oportuno desarrollo de la ceremonia.
A la persona que se le hace santo se le llama iyawó, título
que recibirá solo por ese año en el cual debe con rigurosas y estrictas reglas
y tras finalizar ese año de purificación ya se le llama santero u olorisha.
Oráculos y Adivinación
Dentro de la santería existen distintos oráculos que tienen
como finalidad orientar al consultado mediante la interpretación de oddun o
signos.
En el caso de los babalawos se adivina con ekuele o con el
tablero de ifá y los ikines. Mientras que los santeros usan el diloggun
(caracoles)
El oráculo del biagüé o coco es empleado tanto por santeros
como por babalawos.
Otro tipo de santería
En Lucena, municipio de Córdoba (España), se llama santería
a la forma de sacar en procesión a las imágenes en semana santa y otras fiestas
llevándolas en el hombro entre varias personas.
Los horquillos, periodos de tiempo en los que el trono
avanza al ritmo del tambor, están marcados por el manijero, que indica su
duración mediante un timbre que él únicamente toca. Los tronos poseen entre 24
y 28 santeros, que son los hombres -nunca mujeres- que llevan el trono a
hombros. En Lucena las procesiones van cambiando cada año de santeros.
Cada año una cofradía otorga el timbre de su Titular a un
manijero, quien se encarga de formar una cuadrilla de santeros. Además no se
ensaya; simplemente se hacen juntas (pequeñas celebraciones) en las que el
manijero indica como va a ir el santo, los sitios que ocuparán los santeros, el
ritmo que va a llevar el tambor -pues no llevan bandas de música que marquen el
ritmo como en las procesiones de costaleros-, y la última junta que es la junta
marca. En ésta los santeros se marcan en sus lugares para que les hagan cuñas a
su altura y que cuando se pongan el santo en el hombro éste esté nivelado.
El gran día de salir a la calle, los santeros van vestidos
de una forma especial a la casa del manijero dos horas antes de la salida de la
procesión. Cuando están todos se dirigen a tomar café a un bar con los
tamboreros delante tocando un redoble en lo que se llama Paseíllo y el
torralbo, un cornetín especial, si el Cristo lo lleva (únicamente cinco lo
llevan). Cuando se termina de tomar el café se dirigen al templo con una
almohadilla debajo del brazo (hay manijeros que prefieren atar las almohadillas
de antemano pero normalmente no se hace así) y cuando llegan las atan para que
el hombro duela menos. Cuando la procesión sale a la calle, es sacada a la
altura de las rodillas de los santeros, la dejan en el suelo y se la pueden echar
al hombro de dos formas:
En un tiempo: el manijero grita "estáis" en una
esquina y comprueba que todos estén preparados y griten "puestos"; en
ese momento el manijero grita "al hombro" y el santo sube de un tirón
al hombro. Esta forma solo se realiza en los cristos.
En tres tiempos: se produce la misma operación pero esta vez
el manijero grita "a los muslos" (rodillas) "a la sangría"
(pecho) "al hombro" esta operación se realiza con todas las vírgenes
y algunos cristos que pesen mucho.
Y en este momento es cuando se reparten las horquillas.
A la hora de encerrar el santo se repite la última operación
que hemos visto pero al revés:
El manijero grita: "fuera horquillas" "a la
sangría" "a los muslos" "al suelo" y por último
"¡Viva nuestro padre!" O "¡Viva nuestra madre!" y entran la
procesión de nuevo al templo a la altura de las rodillas.
Una variante de esta santería se encuentra también en la
localidad cordobesa de Monturque.
Fuentes:
Alonso, J. Felipe
(2000). Diccionario Espasa de ciencias ocultas. Espasa Calpe. ISBN
84-239-9453-8.
Charles Spencer King (traducido por Gabriel Ernesto Arevalo
Luna), IFA Y Los Orishas: La Religion Antigua De La Naturaleza. ISBN
1-4610-2898-1
El Gran Libro de la Santería, de Alejandro Eddy Delgado
Torres, Esfera de los Libros, Madrid 2005, Palmyra, Madrid 2006. ISBN
84-96665-00-3. ISBN 84-9734-257-7
Caracoles de Elegguá - Revista Online de Santería para
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Resumen de lo que es la santería y sus contraste con la
religión tradicional, calendario Yoruba
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(Nota.-El presente texto es obra y propiedad de su autor, se prohíbe la reproducción de dicho texto para fines no establecidos con el portal sin previa autorización.)
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